El padre Manuel Mancera, quien venía enfrentando quebrantos de salud, falleció hoy en la Clínica Casanare. Reconocido por su labor pastoral y social en municipios como Paz de Ariporo y como capellán en el SENA Casanare, Mancera dejó un legado importante en la comunidad, promoviendo causas sociales y participando activamente en la defensa de la paz y los derechos humanos.
Durante su trayectoria, el sacerdote también ejerció su ministerio en el Guaviare, donde fue un referente de la Iglesia Católica, enfrentando situaciones de orden público en municipios como Miraflores, El Retorno y San José del Guaviare.
El sacerdote apareció en medios nacionales en 2008, tras referirse a la presencia de Ingrid Betancourt en el centro de salud del corregimiento del Capricho, cuando aun se encontraba secuestrada por las FARC, lo que puso en peligro su vida en ese momento.
Su trabajo en favor de la reconciliación y la justicia en Colombia lo convirtió en una figura clave en los diálogos de paz, contribuyendo a la búsqueda de soluciones pacíficas.
Recientemente, Mancera fue víctima de un ataque cuando celebraba una misa en el cementerio de Yopal, al llamar la atención a un grupo de sujetos que estaban perturbando la tranquilidad del camposanto; lo que generó preocupación en la comunidad.
Sin embargo, su compromiso con la paz y la justicia social permaneció firme hasta el final de sus días, siendo una inspiración para muchas personas que lo conocieron.