En una ceremonia encabezada por el director de la Policía Nacional, general William René Salamanca, se oficializó el ascenso de 283 jóvenes al grado de subtenientes. Entre ellos, Fredy Andrés Murillo, un caleño de 34 años cuyo recorrido en la institución representa una historia de resiliencia y gratitud.
Murillo, graduado en psicología, fue rescatado cuando era apenas un bebé, encontrado en un parque del barrio Villa del Prado de Cali por dos agentes en servicio, Édgar y Rosa, quienes intentaron adoptarlo. Sin embargo, por restricciones legales, el proceso no fue posible, y Murillo fue entregado al Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF), donde pasó su niñez.
Pese a la distancia, los policías que lo hallaron continuaron visitándolo, generando un lazo que sería fundamental en su vida.
Durante su paso por el ICBF, Murillo tuvo varias oportunidades de adopción, incluyendo una familia en Inglaterra, aunque ninguna se concretó. A pesar de las adversidades, se destacó en sus estudios y mantuvo siempre su meta principal de pertenecer a la Policía.
Este objetivo lo llevó a ingresar, a la escuela de formación en Espinal Tolima. Allí conoció al coronel José Luis Ramírez Hinestroza, quien se convirtió en su mentor y lo integró a su familia, alentándolo a seguir avanzando en su carrera.
Gracias al apoyo del general Ramírez, Murillo homologó sus estudios y finalmente alcanzó el grado de subteniente, logrando cumplir su mayor sueño de ser oficial de la Policía.
Entre risas, compartió cómo su mentor aún lo presenta como su “hijo”, generando la sorpresa de quienes los conocen.
Esta refleja la dedicación de quienes ven en la institución una oportunidad para servir y superarse.