
Tras un deslizamiento de tierra ocurrido en la vereda La Unión, del municipio de Aguazul, la Dirección Departamental de Gestión del Riesgo de Desastres intervino el sitio afectado con el objetivo de restablecer el paso vehicular en la zona.
La emergencia, provocada por un movimiento en masa, comprometió cerca de 120 metros de la vía principal, lo que dejó a varias familias sin acceso directo a servicios básicos.
El material desprendido bloqueó parcialmente el cauce del río Chiquito, aunque los equipos técnicos lograron confirmar que el flujo de agua se mantenía estable por la margen izquierda. Esto evitó un escenario más crítico, como lo habría sido una inundación o taponamiento completo del afluente.

Frente a este panorama, el organismo de gestión del riesgo activó un protocolo de atención que incluyó la movilización de maquinaria pesada. Una excavadora fue enviada al sitio para comenzar la apertura de un paso provisional. La administración municipal, en coordinación con la entidad departamental, se comprometió a aportar el material de relleno y los insumos necesarios para continuar con los trabajos.
Al menos 30 familias se vieron directamente afectadas por el derrumbe. Muchas de ellas, dedicadas a la agricultura y ganadería, se enfrentaron a la dificultad de sacar sus productos o abastecerse de insumos. Los adultos mayores y niños también resultaron perjudicados, ya que el colapso de la vía dificultó el acceso a servicios de salud, educación y transporte.
Además de la respuesta inmediata, Gestión del Riesgo instó a las autoridades locales a mantener un monitoreo permanente tanto en la zona activa del deslizamiento como en el cauce del río. Se recomendó trabajar de la mano con la comunidad y el sector privado para ejecutar soluciones rápidas que permitan restablecer la movilidad sin poner en riesgo la seguridad de los habitantes.

La emergencia puso sobre la mesa una realidad que se repite en distintas zonas rurales del departamento: muchas vías no cuentan con estudios geotécnicos, drenajes adecuados ni mantenimiento preventivo. Cuando la tierra cede, no hay rutas alternas ni infraestructura lista para dar respuesta oportuna.
Ahora, la expectativa está puesta en que los trabajos de emergencia avancen con rapidez, y que a mediano plazo se pueda pensar en obras definitivas que eviten que cada temporada de lluvias se convierta en una amenaza para los pobladores de La Unión.