
Una inquietud creciente se cierne sobre el panorama energético colombiano. Ecopetrol, la gigante petrolera del país, reveló recientemente una preocupante caída en sus ganancias. Durante el segundo trimestre de 2025, la compañía experimentó un descenso del 46.4% en sus utilidades, en comparación con el mismo periodo del año anterior.
Esta realidad financiera ha impulsado a la Unión Sindical Obrera (USO), una voz fundamental en el sector, a lanzar un llamado vehemente por una mayor exploración y producción de hidrocarburos dentro del territorio nacional.
César Loza, presidente de la USO, se pronunció ante estas cifras, poniendo de manifiesto un detalle crucial: aunque la producción de Ecopetrol mostró un incremento, alcanzando los 751 mil barriles por día en los primeros seis meses de este año, gran parte de este volumen proviene de operaciones fuera de Colombia.
“Ese aumento de producción está generado por dos factores”, explicó el dirigente sindical, “uno, por el aumento en la producción del Permian que está en Estados Unidos, no está en el país. El otro factor que impacta positivamente la producción es la incorporación de las reservas del campo CPO-09 que Ecopetrol le compró a Repsol”.
Este escenario lleva a la USO a insistir en la necesidad imperante de descubrir nuevos yacimientos de petróleo y gas en suelo colombiano. La preocupación de los trabajadores es palpable: si la estrategia se mantiene en la explotación de campos antiguos, cuya productividad requiere mejoras constantes, el futuro cercano podría ver las reservas nacionales al borde del agotamiento. “Nosotros necesitamos nuevos hallazgos”, advirtió Loza, “porque si seguimos con estos campos antiguos, a los que hay que mejorarles el factor de recobro, va a llegar el momento en el que la olla esté totalmente raspada, entonces necesitamos incorporar nuevos yacimientos de petróleo y gas”.
El sindicato también ha puesto el foco en la generación de nuevos yacimientos de gas, un elemento vital para proteger la economía de los ciudadanos.
Toda esta protesta se puede resumir en el temor real que tiene los obreros de perder sus empleos, pues si la producción sigue bajando y no se abren nuevos yacimientos, inevitablemente la empresa se verá abocada a despidos masivos, iniciando, como es apenas obvio, por los niveles más bajos, es decir que los primeros impactados por estas medidas serán los obreros, esos mismos que con entusiasmo votaron y aportaron económicamente a le elección de este gobierno.