
El Nordeste de Antioquia fue el escenario de una jornada de luto y consternación el jueves 21 de agosto de 2025, cuando un helicóptero de la Dirección de Antinarcóticos de la Policía Nacional fue derribado. Este lamentable suceso ocurrió en una zona limítrofe entre los municipios de Amalfi y Anorí, específicamente en la vereda Los Toros, perteneciente a la jurisdicción de Amalfi. La tragedia dejó una profunda herida, cobrando inicialmente la vida de seis uniformados y dejando a siete personas lesionadas.
Sin embargo, horas más tarde, la cifra se actualizó a 12 policías fallecidos y cuatro heridos. Los lesionados, tras recibir atención inmediata, fueron trasladados a diferentes centros asistenciales, y el reporte de la Policía de Antioquia indicó que su estado de salud era estable dentro de la gravedad de los hechos.
La aeronave involucrada, una Black Hawk UH60, formaba parte del equipo de la Dirección de Antinarcóticos de la Policía Nacional y cumplía una misión de apoyo vital. Se encontraba sobrevolando la zona para brindar seguridad a un grupo de uniformados que, en tierra, realizaban arduas labores de erradicación manual de cultivos ilícitos, principalmente de coca. Las versiones oficiales y la información de inteligencia recabada permitieron reconstruir la secuencia de este ataque, que se desarrolló en dos etapas.
En un primer momento, integrantes de grupos disidentes llegaron a la vereda Los Toros y atacaron con «tatucos», explosivos improvisados, y disparos a los policías que trabajaban en el proceso de erradicación. Ante la intensidad de la embestida, los uniformados solicitaron desesperadamente apoyo aéreo para evacuar al personal agredido. Pero cuando el helicóptero de rescate se hizo visible en el cielo, fue atacado de manera fulminante. Un dron, operado por los grupos armados, impactó con precisión el rotor de la cola de la aeronave, lo que provocó su caída inmediata.
Las autoridades señalaron directamente al frente 36 de las disidencias de las Farc como los presuntos responsables de este acto terrorista. Se ha conocido que esta estructura, que tiene una fuerte presencia en la zona, estaría experimentando con el uso de drones para perpetrar este tipo de ataques, marcando una escalada preocupante en la modalidad de agresiones contra la fuerza pública.
La inteligencia militar indicó que el frente 36 opera en esta región bajo el mando de alias Manuelito o Guaracho, quien contaría con el apoyo estratégico de alias Guillermino y alias Dávinson o Barbado para ejecutar estos atentados. Es importante resaltar que el máximo cabecilla de este frente disidente es Alexánder Díaz Mendoza, conocido como alias Calarcá, quien actualmente se encuentra participando en la mesa de paz con el Gobierno Nacional, lo que genera interrogantes sobre la voluntad de diálogo de estas facciones.
Los informes de inteligencia confirmaron que este es el primer ataque con dron perpetrado contra la fuerza pública en Antioquia, aunque la letalidad de esta modalidad ya había sido tristemente experimentada en otras regiones del país.

El presidente de Colombia, Gustavo Petro, se pronunció sobre el ataque, atribuyéndolo al Frente 36 del Estado Mayor Central y lamentando profundamente la pérdida de vidas.
Por otro lado, el ministro de Defensa, Pedro Sánchez, vinculó el atentado con el autodenominado Ejército Gaitanista de Colombia (EGC), más conocido como el Clan del Golfo, un grupo que también mantiene una fuerte influencia en Amalfi, creando una situación grave con campos minados y escuelas que han sido convertidas en campamentos.
Este doloroso suceso, sumado al brutal ataque terrorista ocurrido en la ciudad de Cali, ponen de nuevo en entredicho la efectividad de la política de «paz total» impulsada por el gobierno.