
Durante un reciente evento público en Trinidad, Casanare, un enérgico intercambio de palabras evidenció las profundas divisiones en la esfera política departamental. El Gobernador Cesar Ortiz Zorro y el Diputado Juan Fernando Mancipe protagonizaron un debate que, más allá de la formalidad, expuso visiones encontradas sobre la gestión pública y el futuro de la región. La comunidad, atenta, fue testigo de las acusaciones y defensas que matizaron la jornada.
El Gobernador Ortiz Zorro, visiblemente molesto, refutó con vehemencia las críticas del Diputado Mancipe. Señaló que Mancipe recurría a la «capacidad de decir mentiras y repetirlas» al comparar una gestión de presupuesto de dieciocho meses con administraciones que habían gestionado el departamento durante ocho años. Ortiz Zorro lo desafió a verificar la situación de proyectos clave como el hospital de Trinidad y la vía Bocas del Pauto, obras que, según sus palabras, los gobiernos anteriores habían dejado inconclusas.
El Gobernador defendió la labor de su administración, destacando una inversión adicional de mil ochocientos millones de pesos para un proyecto que enfrentaba dificultades y la asignación de ochenta y seis mil millones de pesos, mediante vigencias futuras, para una vía de gran importancia.
También hizo referencia a la construcción de la cancha Cristorrey, cuya inversión superaba los tres mil millones de pesos, y a la implementación de cámaras de seguridad. Con un dejo de incomprensión, Ortiz Zorro expresó su asombro ante el hecho de que se le hubiera negado la aprobación de un superávit en cuatro ocasiones, una situación sin precedentes en la historia de Casanare. Lamentó que la asamblea hubiera obstaculizado la llegada de fondos cruciales para los adultos mayores y la infraestructura vial del departamento. Al finalizar, el Gobernador pidió disculpas por lo que calificó como un «show» y aseguró que la respuesta más contundente a las acusaciones serían las obras concretas en beneficio de la gente.
Desde la orilla crítica, el Diputado Juan Fernando Mancipe presentó un panorama sombrío de la inversión actual, respaldado por cifras detalladas. Enfatizó que administraciones previas habían legado a Trinidad inversiones considerables, alcanzando los cien mil millones de pesos en tres obras fundamentales: la vía Bocas del Pauto, su pavimentación y el hospital. Comparativamente, Mancipe lamentó que, en veinte meses, el gobierno actual solo hubiera invertido veinte mil millones de pesos en el pavimento de Bocas del Pauto, lo que a su juicio representaba apenas el veinticinco por ciento de lo invertido anteriormente.
El Diputado, con palpable inquietud, advirtió que restaban tan solo veintiocho meses de gestión. Pese a reconocer la inauguración del alumbrado público en Hato Corozal por parte del Gobernador, expresó su pesar por la decisión de Trinidad de privatizar este servicio como si fuera algo muy negativo, poniendo como ejemplo el caso de Paz de Ariporo, donde irónicamente, según sus pobladores, luego de privatizar parte de la empresa, el servicio mejoró ostensiblemente.
Mancipe también puso sobre la mesa la imperiosa necesidad del puente Yopitos, una obra que, según sus estimaciones, demandaría veinticinco mil millones de pesos y sería vital para conectar Bocas del Pauto con San Luis. No se anduvo con rodeos al señalar que el proyecto de ordenanza del superávit había sido archivado en cuatro ocasiones debido a una formulación deficiente.
Otros actores políticos también aportaron sus perspectivas. El Diputado Omar Ortega, con un tono de preocupación, lamentó la situación de Trinidad y subrayó la relevancia de la articulación entre los líderes municipales, más allá de las banderías políticas. Ortega criticó abiertamente la postura de Mancipe, sugiriendo que este actuaba como un «palo en la rueda», entorpeciendo el progreso y la llegada de recursos a Trinidad.
Destacó, además, inversiones recientes como veintiún mil millones de pesos para pavimentación y obras pluviales en siete barrios, tres mil millones para la cancha Cristorrey y mil ochocientos millones para cámaras adicionales. Omar Ortega hizo un llamado a la unidad y al trabajo conjunto, reconociendo que los desafíos de los territorios superan con creces los presupuestos de cuatro años.
Por su parte, Wilder Ávila, en una intervención breve y sentida, instó al Diputado Mancipe a la cordura, pidiéndole que no perjudicara a Trinidad ni al departamento.
El encuentro dejó entrever la compleja madeja de intereses y visiones que coexisten en la política casanareña, subrayando la urgencia de encontrar consensos para el avance de la región.