
La comunidad comercial de la Carrera 29 en Yopal, reconociendo la creciente angustia por la inseguridad, tomó la iniciativa y comenzó a implementar su propio proyecto de «zona segura».
Este despliegue de acciones, impulsado principalmente por los negociantes del sector, ocurrió mientras la Gobernación gestionaba la instalación de cámaras, un proceso que se proyecta su implementación para el siguiente año.
La estrategia de los comerciantes fue clara: buscaron unir fuerzas para actuar con rapidez.
El sector, conocido por su gran afluencia de público, acogió su primera reunión comunitaria de seguridad, contando con la presencia y el apoyo de la Policía Nacional y la Secretaría de Gobierno. Durante este encuentro, los comerciantes detallaron que se organizaron evidenciando la ola de inseguridad que afectaba el área.
El nuevo comandante de la policía, quien mostró gran disposición para dialogar con el comercio y la comunidad, garantizó un trabajo conjunto. Sin embargo, la acción más palpable fue el proyecto de seguridad autogestionado que ya alcanzó aproximadamente un 70% de ejecución.
Este plan incluyó la instalación de boton de pánico, de alarma y vallas con los logotipos de los comerciantes. También se anunció que la instalación de cámaras de seguridad se llevaría a cabo en la semana siguiente.
Una ventaja significativa en la Carrera 29 radicó en que la mayoría de los negocios ya poseía sus propios equipos de vigilancia, lo cual facilitó la visibilidad y el control del sector, y se busca enlazarlas en un solo sistema de vigilancia.
Los pánicos de alarma que se implementaron pueden ser manejados por cualquier persona a través de una aplicación. Esto permite alertar inmediatamente a las autoridades si se llegase a evidenciar a alguien sospechoso o si se cometiese algún hurto o fechoría.
Esta organización no era la primera en el municipio. Los líderes comunitarios recordaron con orgullo el precedente exitoso de la Calle 40, donde se había mitigado la delincuencia e inseguridad a través de un proyecto con una inversión de 25 millones de pesos.
Los fondos para la Calle 40 se reunieron mediante bazares, rifas, limpiezas y aportes directos de los mismos comerciantes y líderes. En la Carrera 29, se unieron a la causa establecimientos como Catarina Cuatro Vientos, Casacorona, Ciervo, La Cueva, Casa Weizer, droguerías, sitios de comidas rápidas, y hasta dos personas del sector informal.
Esta robusta unión de fuerzas, incluyendo negocios como Pato Gourmé y diversas casetas de comida, permitió que el proyecto fuera incluso menos costoso que el anterior.
Frente a la inminente llegada de la temporada alta de diciembre, cuando el sector recibe una gran afluencia de turistas y visitantes —tanto «buenos como malos»—, la comunidad comercial se sintió respaldada por la administración y la gobernación, que convocaron mesas técnicas para trabajar conjuntamente sobre el tema de seguridad. Los comerciantes demostraron que la mejor estrategia, aquella que permite dormir un poco más tranquilo, es la unión.