Una ola de indignación ha crecido en Yopal tras el fallecimiento del reconocido comerciante Harol Sierra Peñate, de 52 años, quien perdió la vida luego de una violenta agresión en las inmediaciones del centro comercial El Hobo.
Los hechos, ocurridos en la madrugada del pasado 2 de noviembre, han generado una profunda reacción en la comunidad y han puesto el foco en la seguridad de los establecimientos nocturnos de la ciudad.
Según el informe policial, todo comenzó alrededor de las 04:00 horas. Sierra Peñate, quien había estado compartiendo con su esposa, Flor Emilse Espinel, en el establecimiento comercial Plaza Juárez ubicado en el segundo piso del centro comercial el Hobo, se encontró al salir con un grupo de siete jóvenes en la plazoleta de comidas. Testigos indicaron que los individuos aparentemente consumían sustancias alucinógenas. El comerciante, en un acto de reproche, les hizo un llamado de atención. Este gesto desencadenó un intercambio de palabras que rápidamente escaló a la violencia.
Según el informe, al descender por la escalera del centro comercial, el grupo rodeó a la pareja y comenzó la agresión. Los jóvenes golpearon repetidamente a Harol Sierra con puños y patadas en todo su cuerpo, incluyendo la cabeza y el rostro. Su esposa, quien intentó intervenir para detener el ataque, también fue agredida.
La golpiza fue tan severa que Sierra Peñate sufrió una hemorragia interna en el costado derecho del cerebro. Ingresó en estado crítico a la Clínica Casanare, donde posteriormente falleció a causa de las graves lesiones.
El Coronel Pablo Galindo, Comandante del Departamento de Policía Casanare, se refirió al caso. Confirmó que los presuntos agresores ya están plenamente identificados, en gran parte gracias a la cantidad de material audiovisual recuperado de las cámaras de seguridad de la zona. El alto oficial señaló que se espera que con esto se dé celeridad al proceso judicial y que las órdenes de captura se emitan en los próximos días.
Durante su declaración, el Coronel Galindo también hizo un llamado sobre la indolencia de varios testigos que, estando presentes, no intervinieron para detener la riña ni alertaron a tiempo a las autoridades.
La comunidad reaccionó con indignación en redes sociales, dejando al descubierto una larga lista de irregularidades que al parecer ocurren en estos establecimientos y que presuntamente son ignoradas o, peor aún, encubiertas por algunas de las autoridades responsables de su control.
Venta de drogas, trata de personas, riñas constantes y ruido excesivo son solo algunos de los problemas señalados por la comunidad en las redes sociales. A esto se suma que varios de estos lugares están amparados bajo una figura jurídica denominada “Corporaciones”, que les permite operar como entidades privadas. Esta condición impide que los pocos funcionarios dispuestos a ejercer control puedan, siquiera, realizar acciones básicas y necesarias, como requisar a las personas en el interior.
Otro aspecto igualmente preocupante es que, según lo manifestado por la comunidad, los propietarios de estos establecimientos al parecer son familiares de altas personalidades de Yopal y Casanare y que presuntamente, cada vez que alguien intenta actuar con autoridad, desde instancias superiores llega la orden de no proceder.
La muerte de Harol Sierra ha devenido en un punto de inflexión, con voces que exigen justicia para la víctima y acciones contundentes para garantizar la seguridad en los espacios públicos en la capital de Casanare.

