A pesar que sus familiares siempre desmintieron la versión de la Fiscalía y señalaron que se trataba de un falso positivo, un juez penal especializado de Yopal lo condenó en primera instancia.
El atentado perpetrado el 17 de enero de 2019 a la la Escuela de Cadetes de Policía General Francisco de Paula Santander en Bogotá causó la muerte a 22 cadetes y dejó varios heridos. Por este hecho fue capturado en la madrugada del 30 de enero de ese mismo año en la vereda La Primavera de Arauca, Wilson Arévalo Hernández, quien para la época era propietario de una empresa de lácteos.
Las audiencias de su captura en 2019 se realizaron en el palacio de justicia de Yopal, posteriormente fue trasladado a Bogotá donde enfrentaba el juicio por presuntamente haber participado en el atentado terrorista.
La Fiscalía demostró en juicio que alias «Chaco», como fue nombrado por las autoridades, usó una empresa de lácteos para ocultar dineros ilícitos y utilizar los recursos producto de la venta de queso para cubrir económicamente actos terroristas.
Luego de valorar las pruebas presentadas por la Fiscalía General de la Nación, un juez penal especializado de Yopal, condenó a Wilson Arévalo Hernández, alias Chaco, a 17 años y 3 meses de prisión y al pago de una multa equivalente a 4.900 salarios mínimos mensuales legales vigentes. La pena deberá cumplirla en establecimiento carcelario.
El fallo reafirmó que alias Chaco es responsable de los delitos de rebelión, y financiación del terrorismo y de grupos de delincuencia organizada y administración de recursos relacionados con actividades terroristas y de la delincuencia organizada.
Durante el juicio oral, un fiscal de la Dirección Especializada contras las Organizaciones Criminales demostró que el sentenciado perteneció al Frente Domingo Laín Sáenz de ELN, frecuentó los campamentos en zona de frontera con Venezuela, llevó víveres y otros elementos, ocultó dineros ilícitos y obtuvo nuevos recursos para sostener las distintas estructuras ilegales en Arauca y Casanare.
Las evidencias dan cuenta de que alias Chaco constituyó la empresa de lácteos Villa Esperanza, la cual sirvió para transformar dineros producto del cobro de extorsiones y secuestros en el oriente del país, y usar las ganancias de la venta de quesos y distintos productos para cubrir económicamente varios actos terroristas, como el atentado a la Escuela de Cadetes de Policía General Francisco de Paula Santander.
Asimismo, quedó en evidencia que este hombre transportó en los vehículos de su industria láctea a cabecillas del ELN, armas, explosivos, equipos de comunicación y material de intendencia. También es sindicado, además de vender el vehículo usado para el atentado, de llevarlo hasta Bogotá y haber estado, según interceptaciones telefónicas en la bodega donde fue cargado de explosivos.
Análisis contables y otras actividades investigativas indicaron que la empresa Villa Esperanza fue creada con un capital de apenas 3’500.000 pesos y con un único empleado, Wilson Arévalo Hernández. De igual manera, permitieron conocer que, entre 2012 y 2017, recibió 337 consignaciones por 4.530 millones de pesos y dejó de declarar ante el Estado una cifra superior a 5.000 millones de pesos que corresponderían a ingresos por actuaciones ilícitas.
La condena es de primera instancia y en su contra proceden los recursos de ley.