El contratista Carlos González de la Unión Temporal Guafilla para la construcción del acueducto, los ha mantenido con engaños, el contrato ya fue liquidado y no fueron informados en su momento.
A mediados del 2011 inició el proyecto para traer una línea de conducción desde la quebrada San Ignacia hasta las redes del centro poblado La Guafilla, el cual tuvo bastantes tropiezos y finalmente después de muchos incumplimientos paró obras en el año 2015 dejando abandonado el proyecto.
14 personas que laboraron en las obras de dicho proyecto esperan aún el pago de sus honorarios; para la época les mantenían con engaños para que no pararan los trabajos, con la promesa de pagarles todo lo adeudado junto una vez se culminara, lo cual aún no ha sido posible.
Al no haber sido culminado el proyecto, debió surtirse un proceso en un juzgado para desentrabarlo, el contratista Carlos González les había respondido que una vez se surtiera el trámite judicial y se liquidara, les cancelaría. Lamentablemente por personas externas se enteraron que hace cerca de 3 meses había sido liquidado, sin que hubieran sido avisados y mucho menos sin haberles pagado.
Al recurrir al contratista, este les respondió que sí había recibido un dinero por parte de la Empresa de Acueducto, Alcantarillado y Aseo de Yopal de la liquidación del contrato, pero que lo había invertido en el proyecto de la PTAR de Morichal y no tenía como cancelarles, menos ahora que dicho proyecto está en litigio jurídico.
El señor Carlos González les ha indicado de forma verbal a los trabajadores que él solo prestó la firma, que el dueño del contrato sería el tan sonado contratista Juan José Cepeda, a quien también han recurrido para solicitarle les cancelen lo adeudado, a lo que les ha respondido que «le cobren a quien firmó el contrato».
Las 14 personas engañadas señalan que dicha situación había sido puesta en conocimiento de las directivas de la EAAAY a través de diferentes oficios, incluso con el actual gerente Jairo Bossuet Pérez, pero aún así no obtuvieron respaldo y liquidaron el contrato, no se explican como la Unión Temporal sustentó el pago de acreedores y trabajadores, para lograr el desembolso de los recursos faltantes.
En repetidas ocasiones los trabajadores han recibido la amenaza por parte del señor Carlos González de no pagarles nada, si hacían pública en los medios de comunicación la situación presentada, por lo cual durante varios años guardaron silencio, esperanzados en recibir los pagos, los cuales ascenderían en conjunto a más de 40 millones de pesos.
Ahora les ha dicho que deben esperar a que se desenrede el proyecto donde invirtió el dinero para poder darles de ahí «algo» de lo que les adeuda. Los trabajadores piden a las entidades competentes apoyo para lograr obtener lo que por ley con su trabajo ganaron.
Lamentablemente estos mismo contratistas nombrados aquí, se pasean con total tranquilidad por diferentes proyectos y siguen obteniendo contratos a pesar de los incumplimientos y retrasos que han tenido y tienen en muchos de ellos.