
Las autoridades de Casanare continuaban las investigaciones para esclarecer la desaparición del topógrafo Carlos Andrés Bello y dar con su paradero, aunque hasta el momento no se habían reportado avances significativos en el caso.
El Comandante de la Policía de Casanare, Coronel Giovanni Barrero, se pronunció en días anteriores a través de otros medios de comunicación, asegurando que el caso correspondía a un falso servicio y descartando enfáticamente que se tratara de un secuestro.


Sin embargo, la familia y la comunidad cuestionaron esta postura debido a que habían transcurrido dos semanas sin noticias de la víctima.
La falta de comunicación posterior a la declaración del coronel Barrero aumentó la angustia entre los familiares. Pese a la declaración inicial de las autoridades negando el secuestro, posteriormente la familia de Carlos Andrés Bello confirmó que existía una exigencia económica para su liberación.
Aunque las autoridades no precisaron qué grupo armado lo tendría en su poder, extraoficialmente se informó que se trataría de delincuencia común.
La gobernación de Casanare ofreció una recompensa de 15 millones de pesos para quien entregara información que llevara a la liberación del topógrafo y la captura de los delincuentes que lo tenían secuestrado.
El secretario de Gobierno de Casanare informó que la investigación sobre este caso estaba en curso, teniendo como punto de partida la modalidad extorsiva de «falso servicio».