
La Asociación UTP, que representa a trabajadores del municipio de Paz de Ariporo, manifestó su inconformismo hacia la petrolera Perenco.
Según Burgos, el motivo principal fue la negativa de Perenco a ofrecer oportunidades laborales a la gente del municipio, así como a mejorar las condiciones laborales de los trabajadores y sus salarios, llevaron a iniciar una manifestación contra la compañía.
La asociación había presentado reiteradamente un pliego de peticiones a la empresa, pero esta se negó a dialogar con ellos. La manifestación se centró en un proyecto que Perenco planea realizar en los campos Chaparrito y Abejas. Como parte de la acción, los manifestantes decidieron detener las cargas del equipo o taladro que se traía para dicho trabajo.
Miguel Burgos sostuvo que los trabajos generados por estos proyectos deben ser para los habitantes locales, conforme a lo estipulado en las normas.
Citó específicamente el decreto 1668 del año 2016, que, según sus palabras, establece claramente que la mano de obra para estos proyectos debe ser del territorio, priorizando a la gente local. Burgos señaló que lo que Perenco pretendía era ingresar equipo, armar campamentos y el equipo con personal foráneo. Aunque no considera incorrecto que personas de fuera vengan a trabajar, afirmó que la norma indica que la prioridad de la mano de obra para estos proyectos recae en la gente del territorio.
La asociación UTP se define a sí misma como una defensora de los derechos de los trabajadores y de la mano de obra del territorio. Buscan que la vinculación de la mano de obra se realice a través de las agencias públicas de empleo, y que la promoción de este tema se haga a través de la Agencia de Empleo. Para UTP, sus reclamaciones son justas y buscan procesos amplios, abiertos y participativos en la vinculación de mano de obra.