En un acto de absoluta negligencia, más de 400 docentes que llegaron a Yopal para participar en la fase zonal de los Juegos Nacionales del Magisterio se encuentran en condiciones deplorables, y el senador Josué Alirio Barrera no se muerde la lengua para señalar al Ministerio de Educación como el culpable de esta vergonzosa situación.
Es incomprensible cómo el Ministerio ha permitido que esta situación llegue a tal extremo, los docentes, quienes respaldaron incondicionalmente al Gobierno de Gustavo Petro, merecen más que un trato de segunda clase.
“No soy de su afinidad política, Pero agradezco a Alirio Barrera, es una vergüenza en donde nos han hospedado, en unos conteiner diseñados a manera de hotel, en camas de 1 metro, y baños de 50 cm, creo que quien lo vive es quien lo cuenta”, manifestó uno de los líderes de los profesores.
Uno de los docentes afectados, bajo condición de anonimato, expresó su decepción y frustración ante esta humillante situación. Este evento se lleva a cabo periódicamente en diferentes regiones del país y siempre ha contado con una logística adecuada, por lo que resulta inexplicable que este año se haya permitido tal desidia.
Los docentes afectados han dejado claro que no están en busca de regalías ni beneficios gratuitos, simplemente exigen un trato justo y condiciones adecuadas mientras representan a sus departamentos en una competencia nacional, los recursos destinados a este evento no deben ser malgastados, y los docentes tienen todo el derecho de demandar un trato digno.
Resulta aún más sospechoso que, a pesar de que los Juegos Nacionales del Magisterio se llevan a cabo simultáneamente en Meta, Casanare y Arauca, los problemas de hospedaje y logística solo se han presentado en Yopal. Esto ha llevado a algunos a plantear la pregunta incómoda: ¿Se está intentando desprestigiar a Casanare de manera intencionada?
La calidad de la organización de un evento y la atención a los detalles son un reflejo directo del respeto hacia quienes dedican su tiempo y esfuerzo para representar a sus comunidades y regiones, en este caso, la negligencia del Ministerio de Educación ha dejado una mancha en la reputación de la educación en Colombia que no debería pasarse por alto.