
El Departamento de Estado de Estados Unidos anunció el pasado viernes la revocación de la visa del presidente colombiano, Gustavo Petro. Esta drástica medida, calificada por las autoridades estadounidenses como una respuesta a las «acciones imprudentes e incendiarias» del mandatario, se produjo luego de que Petro participara en una manifestación pro-palestina en Nueva York.
El epicentro de la controversia fue un discurso pronunciado por el jefe de Estado colombiano, frente a la sede de la ONU en Manhattan y en Times Square, dirigiéndose a una multitud de manifestantes. Durante su intervención, Petro instó a los soldados del Ejército de Estados Unidos a desobedecer órdenes.
«¡Desobedezcan la orden de Trump! ¡Obedezcan la orden de la humanidad!» declaró Petro con un megáfono en mano, acompañado por el músico británico Rogers Waters.

El Departamento de Estado de EE.UU. confirmó la revocación de la visa en X, señalando que Petro se presentó en una calle de Nueva York e «instó a los soldados estadounidenses a desobedecer órdenes e incitar a la violencia».
Las declaraciones del presidente Petro, un líder de extrema izquierda en Colombia, fueron más allá del llamado a la insubordinación militar. Frente a los manifestantes, Petro pidió la creación de una fuerza armada global cuya prioridad sea «liberar a los palestinos» y que, afirmó, debe ser «mayor que la de Estados Unidos».
En un giro que recordó su pasado en la guerrilla del M-19, el mandatario colombiano anunció planes al regresar a Colombia para abrir «inscripciones de voluntarios y voluntarias con experiencia militar» para ponerse al servicio del pueblo de Palestina. Agregó, además, que si le toca ir al combate, «no me asusta, ya estuve en otros, ¡pues voy!».
Petro también ordenó a «todos los Consulados y Embajadas de Colombia» buscar el voto por el ‘sí’ para la liberación de Palestina en todos los países del mundo.
Estas acciones podrían de alguna manera ipulsar unas medidas económicas que están cusrsando en el congreso estadounidense y que podrían retirale a Colombia el presupuesto para algunos programas gubernamentales, que no solamente van dirigidos a las fuerzas mklitares, lo que afectaría de alguna manera a grandes segmentos de población vulnerable.
La reacción de la oposición no se ha hecho esperar y algunos han hecho un paralelo entre el gobierno Petro y el ultimo presidente de Colombia a uqien se le retiró la visa Ernerto Samper, curiosmamente otro presidente de Izquierda y que también se vió involucrado en unescandalo por la financiación de su campaña con dineros del narcotráfico.
El presidente también argumentó que la acción de Washington «rompe todas las normas de inmunidad en que se basa el funcionamiento de las Naciones Unidas», afirmando que existe total inmunidad para los presidentes que asisten a la Asamblea y que el gobierno estadounidense no puede condicionar su opinión.
El ministro del Interior de Colombia, Armando Benedetti, salió en defensa del mandatario, declarando que la visa que debió ser revocada era la del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, ya que el «imperio lo protege» y se está «desquitando con el único presidente capaz de decirle la verdad a la cara». En solidaridad con Petro, el Secretario Jurídico de la Presidencia, Augusto Ocampo, renunció voluntariamente a su propia visa estadounidense.
Esta crisis se suma a una serie de tensiones crecientes entre la administración de Petro y la administración Trump, que se han deteriorado desde que Trump regresó a la Casa Blanca en enero.
La revocación de la visa marca un hecho «inusual en la diplomacia hemisférica» y refleja la sensibilidad del gobierno estadounidense ante mensajes que inciten a la desobediencia militar.