
Decenas de camiones en las entradas a los molinos, sin esperanza de ser descargados, es la escena que se repite por toda la región, el sector arrocero de Casanare enfrenta su peor crisis en años, con pérdidas que podrían superar el billón de pesos si no se toman medidas urgentes.
El problema inició tras la expedición de la Resolución 1248 a principios de agosto, que fijó un precio 15% superior para el arroz paddy verde sin considerar el impacto en toda la cadena productiva.

Los molinos se encontraron en una encrucijada: comprar al nuevo precio significaba asumir pérdidas en la venta del arroz blanco, mientras que rechazar las cosechas ponía en riesgo 450.000 toneladas de cereal. «El gobierno le trasladó el problema a la industria molinera» manifestó el gerente de Arroz Barichara del molino «San Rafael», Sergio Bueno.
Ante esto, muchos molinos optaron por recibir el grano «en consignación», sin pagar a los agricultores, hasta tanto no halla claridad en el precio de venta del arroz blanco.
«Es como si nos pidieran cavar nuestra propia tumba», comentó un productor de Yopal mientras vigilaba su carga que comenzaba a deteriorarse en los camiones.
La situación es especialmente crítica en Casanare, donde el 45% de la cosecha se recolecta en agosto.
Sin flujo de dinero, los agricultores no pueden pagar insumos, fletes o créditos bancarios. Expertos advierten que, de no resolverse en dos semanas, se perderá hasta el 50% de la producción de este año.
Hasta el momento, tanto la Ministra de Agricultura como el Gobierno Nacional, han guardado absoluto silencio, sin que se tenga una respuesta clara a esta inminente crisis que golpeará el bolsillo de todo el país.

