Ciro Alberto Reina Rivera, de ochenta y nueve años de edad, una de las personas que vió nacer a Yopal como ciudad y colaborando activamente en este proceso
Desde una temprana edad, Ciro Alberto mostró gran dedicación en sus estudios. En 1939, comenzó su educación primaria en la escuela de lo que hoy es la ciudad de Yopal, donde cursó hasta el cuarto grado. Luego, sus padres decidieron enviarlo a la ciudad de Sogamoso, donde completó sus estudios de educación básica en el colegio Sugamuxi.
Desde muy joven, Ciro Alberto se involucró en las labores del trabajo llanero y se identificó como simpatizante del partido Liberal y seguidor del líder político Jorge Eliecer Gaitán. Tras los acontecimientos del «El Bogotazo», la familia Reina sufrió la pérdida de Carlos Julio Nieto, hermano de Ciro Alberto. Como resultado, Ciro, con tan solo dieciséis años, junto a su hermano Jorge, decidieron unirse a las guerrillas liberales dirigidas por el Comandante Guadalupe Salcedo Hunda, durante seis años.
En 1954, Ciro Alberto y su hermano Jorge regresaron a Yopal e ingresaron al Ejército Nacional para prestar el servicio militar. Luego, en 1957, Ciro Alberto inició su vida laboral en el Das Rural, donde patrulló la sabana de Casanare durante dos años. Posteriormente, trabajó como administrador en el Hato El Tigre, ubicado en el municipio de San Luis de Palenque.
En 1960, Ciro Alberto contrajo matrimonio con Elsa María Prieto Riveros, una mujer servicial y maestra de escuela. Durante su juventud, Elsa colaboró en la consecución de recursos para la construcción del colegio La Presentación y participó en basares y reinados destinados a la construcción de lo que hoy es la ciudad de Yopal.

Ciro Alberto también se destacó como uno de los pioneros en la venta de ganado y caballos en el departamento de Casanare, abasteciendo a los departamentos de Tolima y Santander. Con viajes de más de diez días a pie, llevaba el ganado en un camión hasta el lugar de destino donde serían vendidos.
A medida que llegaban los años de madurez, Ciro Alberto decidió adquirir una finca en Yopal, donde continuó su actividad ganadera a menor escala y se centró en su negocio de venta de leche en cantinas a los vecinos del pueblo durante más de diez años.
En la actualidad, Ciro Alberto cuenta con doce nietos, dos bisnietos y disfruta de una vida tranquila en su hogar junto a su esposa, rodeado del amor de su familia y enamorado de este hermoso llano que lo vio crecer y florecer a lo largo de los años. Su legado se mantiene vivo en los valores que inculcó y en el impacto positivo que dejó en su comunidad.