
Después de semanas de incertidumbre y angustia por la desaparición del topógrafo Carlos Andrés Bello, una noticia dolorosa llegó en la tarde del 16 de mayo. Las autoridades de Casanare confirmaron el hallazgo de restos humanos, con la sombría posibilidad de que pertenezcan a Bello, quien había sido secuestrado.
El descubrimiento se logró gracias a la colaboración, al parecer, de una persona que fue capturada y que ha sido identificada con el alias de «el Negro», de nombre Esneider Ortiz.
Se supo extraoficialmente que este individuo suministró la información clave y, de hecho, condujo a una comisión de las autoridades hasta el sitio exacto donde se realizó la diligencia de hallazgo. El lugar se encuentra en un sector rural, ubicado entre Llano Lindo y San Rafael de Morichal, aunque la ubicación precisa no fue detallada.
La desaparición de Carlos Andrés Bello se había producido en el mes de marzo de este año. Inicialmente, las autoridades tuvieron una postura que generó controversia, negándose a calificar lo sucedido como un secuestro y refiriéndose al caso como un «falso servicio». Sin embargo, el paso del tiempo, más de dos semanas sin noticias de él, llevó a que la verdad saliera a la luz. Se confirmó que Bello había sido retenido contra su voluntad, y la verdad es que a la familia, en su desesperada búsqueda, le habrían solicitado una considerable suma de dinero por su liberación.
Ante esta situación, la Gobernación de Casanare había ofrecido una recompensa de 15 millones de pesos para quien aportara información que condujera a su liberación y a la captura de los responsables. Ahora, con el hallazgo de los restos, la investigación toma un rumbo, si cabe, aún más doloroso, tratando de confirmar la identidad y esclarecer completamente las circunstancias que rodearon este trágico suceso que inició con una oferta de trabajo bajo la engañosa modalidad de «falso servicio». Las autoridades continúan con las diligencias pertinentes en el sitio del hallazgo.