En un conmovedor y desgarrador testimonio, Tania Mildred Rincón Rojas, hija de una mujer que fe víctima de feminicidio en Maní Casanare, ha alzado su voz para denunciar lo que ella considera, una grave negligencia de las autoridades policiales en el caso.
La audiencia de legalización de captura del presunto asesino identificado como Kilber Alfonso Mariño Ávila, que tuvo lugar recientemente, se convirtió en un escenario de dolor y frustración para Rincón, quien estuvo acompañada jurídicamente por el abogado penalista Julián Palacio, quien le ofreció su apoyo de manera gratuita.
Rincón relató que, durante más de un año, había estado en contacto constante con la policía, alertando y denunciando sobre las amenazas que su madre había recibido. «Llamé a la policía en múltiples ocasiones, incluso toqué la puerta de la estación para advertirles sobre el peligro inminente que corría mi madre», declaró con voz entrecortada. Sin embargo, a pesar de sus esfuerzos, las autoridades no tomaron en serio sus advertencias.
La situación se tornó crítica cuando, a pesar de las evidencias que ellos mismos recopilaron de un hecho de violencia que ocurrido en Tauramena, en el mes de junio del presente año, pero las autoridades no actuaron; A pesar de la escena, y de que el agresor ingresó abusivamente al domicilio en actitud intimidante, la respuesta policial fue la misma, solamente una advertencia verbal.
Tania comentó que el día de esos hechos se encontraba en Yopal, que tan pronto se enteró llamó a la policía de Tauramena e inmediatamente partió hacia esa localidad; luego de las más de dos horas que tardó el viaje, cuando llegó a donde se encontraba su señora madre, la policía aun no había llegado y el agresor ingresaba violentamente a la residencia; se vio obligada a ir personalmente hasta la estación a exigir la presencia policial y lo único que hicieron fue llamar la atención del sujeto diciéndole que si no se retirara del lugar se lo llevarían, pese a todo el daño que ya había causado.
Rincón mencionó que su madre había sido amenazada de muerte por el agresor, quien, al parecer, como el mismo manifestaba, contaba con el respaldo de funcionarios que le permitían actuar con total impunidad. «Si la policía hubiera tomado las medidas adecuadas, mi madre estaría viva», lamentó, visiblemente afectada por la pérdida.
Durante el desarrollo de la audiencia se conoció que Mariño Ávila ya habría sido autor de un hecho similar en otro departamento, donde al parecer ya habría sido denunciado por agredir a otra mujer.
Tania Rincón denunció también que en ningún momento se activaron las rutas de atención para proteger a su madre, que se supone deben adelantar autoridades como secretaría de Gobierno Municipal o Comisaría de Familia, pese a que la mujer reportó amenazas de muerte y señaló que el agresor contaba con presuntos apoyos dentro de la administración municipal; lo que le generaba temor a denunciar abiertamente.
La joven afirmó que la Policía de Maní, conocedora de la situación de riesgo, ignoró los llamados de auxilio de su madre y los suyos propios, a pesar de haber acudido, incluso presencialmente a la estación de policía para pedir protección.
La lucha de Tania Mildred Rincón no solo busca justicia para su madre, sino también crear conciencia sobre la importancia de no permanecer en silencio ante la violencia. «No se queden calladas. La lucha continúa para que ninguna otra mujer sufra lo que vivió mi madre», concluyó, instando a otras mujeres a alzar la voz y a buscar ayuda.
Este caso resalta la necesidad urgente de reformar los protocolos de atención a víctimas de violencia de género y de garantizar que las autoridades actúen de manera efectiva ante las denuncias.
La historia de Tania y su madre es un recordatorio de que la violencia contra las mujeres no debe ser ignorada y que cada denuncia merece ser escuchada y atendida.