Entre 25 y 30 personas aproximadamente son asesoradas diariamente por parte del Gaula de la Policía por este tipo de llamadas.
La información fue dada a conocer por el comandante del Gaula, capitán David Chitiva, en aras de prevenir a la comunidad casanareña para que no sean víctimas de las personas privadas de la libertad que se dedican a realizar estas llamadas con la finalidad de obtener dinero. El 95% de las llamadas son desde las cárceles.
57 casos de personas afectadas en su patrimonio han sido denunciados en el departamento, los casos en su mayoría se están registrando en Yopal, seguido por Paz de Ariporo y municipios del sur de Casanare. Cerca de 8 modalidades de extorsión a través de llamadas desde cárceles han sido identificadas por las autoridades.
Entre las modalidades más utilizadas en el departamento se encuentra la llamada donde se identifican como integrantes o comandantes de grupos armados y a través de insultos y amenazas hacen exigencias de dinero. Ante esta situación, la recomendación del Gaula Policía es comunicarse con la línea 165 para recibir asesoría y lograr identificar si se trata de una llamada de tipo carcelario y evitar así ser extorsionado.
Otras modalidades son el sexting, donde las personas privadas de la libertad crean perfiles falsos en redes sociales con fotos sugestivas y logran engañar a mujeres y hombres, les solicitan que les envíen fotos íntimas y posteriormente le exigen dinero para no publicarlas. También se ha identificado el falso servicio, la modalidad conocida como «tío, tío», o las llamadas a exigir dinero a cambio de devolver una motocicleta o mascota cuando las personas publican en redes sociales sobre su pérdida.
Según el seguimiento que ha realizado el Gaula, este tipo de llamadas se realizan de cárceles como la Tramacua de Valledupar, Combita en Boyacá, La Modelo de Bogotá y La
Picaleña de Ibagué. De la cárcel La Guafilla no se ha identificado que se esté cometiendo este delito.
El capitán Chitiva advirtió a la comunidad, ya que algunas personas se han visto involucradas en este hecho delictivo sin saberlo, pues prestan sus cuentas bancarias o cédulas de ciudadanía para recibir dineros, desconociendo que es dinero producto de un delito, enfatizando que el desconocimiento de las normas no los exige de la responsabilidad, por lo que recomendó no hacerlo.