El pasado 18 de marzo del 2024, las autoridades de Yopal realizaron un procedimiento policial en el que se vio involucrado un menor de 15 años, quien presuntamente portaba armas blancas con intenciones de participar en una riña.
El menor fue sorprendido por la patrulla de vigilancia en actitud sospechosa y al ser requerido, emprendió la huida, al ser alcanzado por los policiales, este los atacó con los cuchillos, siendo necesario el uso de esposas para reducirlo debido a su estado de exaltación.
Según información proporcionada por la comunidad, el menor agredió a los miembros de la patrulla policial, compuesta por una patrullera y un patrullero, quienes lograron reducirlo con la ayuda de los ciudadanos y despojarlo de las armas blancas.
Se confirmó que el menor había sustraído los cuchillos de su casa días antes y los había escondido en un parque, donde fue encontrado en compañía de otro joven que logró escapar al notar la presencia de las autoridades. Además, se señaló que el menor tenía antecedentes de consumo de sustancias alucinógenas y de participación en riñas.
Cabe resaltar, que el menor cursa grado octavo en una institución educativa, pero en el momento de los hechos no portaba el uniforme.
El menor fue trasladado al CAI Hobo en compañía de su padre, quien recibió un comparendo por ser el adulto responsable del menor. Asimismo, se informó al Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF) para iniciar el proceso administrativo de restablecimiento de derechos, según lo establecido en el Código de Infancia y Adolescencia.
Este es una radiografía de la situación preocupante de muchos jóvenes en Yopal, quienes no solo están involucrados en el consumo de drogas, sino también en actividades delictivas como riñas y portación de armas.
Es un llamado a las instituciones y a los padres de familia para que se corrija el rumbo de las nuevas generaciones, que, como este joven, no tuvo ningún problema en enfrentarse a la policía con armas blancas y cuyo castigo fue un simple comparendo al padre de familia, pese a la posibilidad de haber lesionado o asesinado a un policía o una de las personas que ayudó a desarmarlo.