En un giro digno de un intrigante relato, el caso que rodea al partido conservador y la revocación del aval otorgado al candidato a la alcaldía de Sácama se ha transformado en un auténtico novelón político, el ex candidato a la Alcaldía, Fabio Estupiñán Valderrama, afirma categóricamente que no renunció a su aval, y que la colectividad se lo retiró de manera arbitraria; este drama político se ha desplegado en medio de declaraciones, comunicados y tensiones en las redes sociales.
En los primeros capítulos de esta trama, Samir Berrio Scaff, uno de los directivos del partido en Bogotá, comunicó que el retiro del aval se llevó a cabo a solicitud del candidato, quien argumentó amenazas contra su vida como motivo, no obstante, las especificidades de estas amenazas y los posibles responsables nunca fueron detallados.
Las páginas de las redes sociales se convirtieron en un escenario crucial de este relato político, con un comunicado circulando en el perfil de Facebook de Estupiñán. En este comunicado, el ex candidato rechaza tajantemente haber renunciado a su aval y denuncia el retiro arbitrario por parte del partido, alimentando aún más las llamas de la controversia.
«Jamás fui notificado de la determinación tomada por el partido con respecto al retiro de mi aval como aspirante a la Alcaldía de Sácama, ni siquiera se me brindaron los motivos o pruebas que respaldaran tal decisión», expresó Estupiñán en un comunicado “oficial”, desafiando la versión oficial del partido.
A medida que la trama se desenvolvía, militantes del partido en Casanare se unieron al guion con sus propias interpretaciones. Señalaron a Samir Berrío, un dirigente costeño del partido Conservador, de asumir atribuciones que no le correspondían al revocar avales de candidatos, incluyendo el caso de Estupiñán.
«Él no tiene conocimiento de Casanare y desconoce que Fabio Estupiñán ya había obtenido el aval en Bogotá como candidato a la Alcaldía de Sácama, gracias a la gestión realizada por la senadora Soledad Tamayo y el odontólogo Mauricio Chiquillo», afirmó un militante del partido Conservador en Casanare, añadiendo un nuevo matiz a este complejo argumento político.