En el proceso electoral de 2019, Damaris Abril y Carlos Cabrera se encontraron como adversarios políticos mientras buscaban una unión para enfrentar la campaña de Jesús «Chucho» Monroy, quien finalmente se convirtió en alcalde según la Registraduría.
A pesar de la oferta de Cabrera, Damaris Abril mantuvo su campaña y obtuvo el tercer lugar, mientras que Cabrera quedó en segundo lugar y se retiró de la política por cuatro años; sin embargo, en 2023, impulsado por amigos y el aval del Partido Liberal, Cabrera decidió retomar su carrera política, esta vez sin el apoyo de Ángel Egnerio Hernández, su aliado en anteriores campañas.
Cabrera aclaró que no renunció al partido y que no está involucrado en doble militancia, ya que continúa respaldando a Damaris Abril desde su perspectiva política, con el objetivo de ayudar al desarrollo del municipio. Su dimisión, explicó, se basa en un sentido de responsabilidad y honestidad.


Por otro lado, el Representante Hugo Archila, director regional del Partido Liberal, expresó que la colectividad examinará minuciosamente el caso de Carlos Cabrera, puesto que, en el documento de renuncia, no se especifican los motivos, y también se necesita la autorización del partido para respaldar a cualquier candidato y definir la dirección que tomaría la campaña de la lista para el concejo.
Se ha conocido que Carlos Cabrera podría ser designado como coordinador de la campaña de Cesar Ortiz Zorro para la Gobernación en Trinidad, lo que podría plantear cuestiones sobre su posible doble militancia en relación con su anterior candidatura a la alcaldía.
Carlos Cabrera argumenta que su elección fue el resultado de consultas familiares, la opinión de amigos y un análisis programático. Aunque algunos fuertes aspirantes habían buscado unificar candidaturas previamente, Cabrera rechazó esta oferta y se convirtió en un «Damarista».
Su llegada ha fortalecido la aspiración de la probable futura alcaldesa, pero ha generado descontento entre los directivos liberales en Trinidad. Cabrera insiste en que no dará marcha atrás en su decisión, dejando la palabra final al pueblo liberal en las urnas.