En el municipio de Támara, la reciente apertura del megacolegio ha generado polémica debido a diversas deficiencias que han causado malestar entre los padres de familia y la comunidad educativa.
A pesar de la inversión millonaria de 14,709 millones de pesos entre el Ministerio de Educación y la Gobernación de Casanare, el megacolegio, entregado en noviembre del año anterior, presenta serias fallas estructurales.
Entre las principales preocupaciones se encuentra la falta de accesos para personas con discapacidad, deficiencias en el suministro de agua potable, la ausencia de pavimentación en la vía de acceso y la insuficiente dotación para iniciar las clases en el año 2024.
Padres de familia expresan su inconformidad ante la falta de previsión en la planificación del proyecto.
El alcalde de Támara ha reconocido las falencias, especialmente la fuga en el sistema de acueducto que afecta el suministro de agua necesario para el funcionamiento adecuado de las instalaciones. Aunque se ha anunciado la reparación de la fuga, las autoridades también buscan solucionar otros problemas internos y externos del megacolegio.
La falta de inmoviliario suficientes para la cantidad de estudiantes matriculados y la necesidad de una mayor proyección en la infraestructura son señalamientos recurrentes por parte de la comunidad tamareña.
Además, se destaca la carencia de vías de acceso adecuadas, lo que podría dificultar el ingreso y la salida durante la temporada de invierno.
El nuevo secretario de infraestructura de Casanare Álvaro Rivera, en reunión sostenida recientemente con el secretario de planeación departamental Alfonzo cárdenas y el alcalde de Támara William Forero, se ha comprometido a pavimentar la vía que conduce hacia el megacolegio, una necesidad que no fue contemplada inicialmente.
Esta medida se presenta como una respuesta a las demandas de los padres de familia y como parte de un plan integral para mejorar las condiciones del entorno educativo.
El burgomaestre William Forero, que está transitando su primer mes de mandato, citó al representante legal de el Consorcio Interobras Educativas, contratista que ejecutó la obra, para que afronte la responsabilidad en la solución de tan evidentes falencias y poder dar cumplimiento a las expectativas de la comunidad educativa de Támara.
Es importante aclarar, que esta obra fue suspendida en el año 2021, debido a las amenazas que recibió el contratista por parte de un grupo al margen de la ley; dicha suspensión se prolongó por casi un año, hasta que las autoridades pudieron garantizar la seguridad en el sector.