
La Empresa de Energía de Casanare (Enerca) se encuentra en el ojo del huracán tras la divulgación de un comunicado que, al parecer, motivó una indagación preliminar por parte de la Procuraduría. La gerencia de la empresa ha salido al paso para contarle a la opinión pública la situación, calificando el momento como crítico e incómodo, sobre todo por el daño reputacional generado.
Si bien la administración de Enerca manifiesta su respeto por las instituciones y la ley, y se declara dispuesta a la supervisión y control, aclara que, hasta la fecha, no ha recibido una notificación formal por parte de la Procuraduría sobre el caso específico citado en el comunicado. Sin embargo, sí recibieron un requerimiento dos semanas atrás solicitando documentación legal estándar, como la constitución de la junta directiva y estados financieros de los últimos dos años.
Una de las principales preocupaciones que han trascendido a los medios es la supuesta pérdida de capacidad de cobro de los servicios, el presunto incumplimiento de planes de acción, y problemas operativos que se reflejan en las frecuentes quejas en el sur, centro y norte del departamento, motivadas por mantenimientos programados o apagones.
La gerente, Nubia Castro, defendió con firmeza su gestión, sugiriendo que detrás del malestar hay otros intereses que buscan dañar la imagen de la empresa.
La cruda realidad financiera de Enerca, que no es un secreto, marca el trasfondo de esta controversia. La empresa cerró el ejercicio 2024 con una pérdida que superó los 15.000 millones de pesos. Al desglosar estas cifras, se observa que la mayor afectación proviene del negocio del gas, que perdió 10.942 millones de pesos, mientras que el negocio de energía registró una pérdida de 6.204 millones de pesos.
El impacto acumulado es dramático: a cierre de 2024, la pérdida acumulada de Enerca asciende a 26.037 millones de pesos. La situación de déficit presupuestal en la empresa se remonta al año 2013, periodo desde el cual los gastos han superado constantemente a los ingresos.
La administración actual subraya que las dificultades operacionales son un lastre histórico. Gran parte de la infraestructura eléctrica de Casanare es antigua y proviene de la Empresa de Energía de Boyacá (EEB), lo que significa que el desgaste de los activos es resultado de periodos anteriores donde no se hicieron las debidas inversiones en modernización y repotenciación.


A esta carga histórica se suman las deudas que el Gobierno Nacional mantiene con la empresa, especialmente por concepto de subsidios. Enerca tiene pendiente de conciliación más de 20.000 millones de pesos en subsidios. Estos dineros son vitales, pues se usan para cubrir el pago a proveedores y realizar reinversiones necesarias para garantizar la calidad del servicio. Además, la empresa debe lidiar con la deuda que le reclama a la Empresa de Alumbrado Públicos de Yopal SAYOP, que supera los 6.000 millones de pesos.
Frente al panorama de crisis, la gerencia de Enerca ha implementado una directriz de austeridad y eficiencia en el gasto.
Uno de los cambios más significativos ha sido la decisión de acabar con la intermediación y la tercerización. La administración determinó realizar compras directas con fabricantes y proveedores autorizados, eliminando a terceros que, según la gerencia, se estaban llevando una utilidad que le corresponde a Enerca. Esta medida ha generado un «dolor de cabeza» a quienes antes manejaban estos suministros.
En el ámbito operativo, la empresa inició la incorporación directa de personal técnico a la nómina. Resultaba ilógico que una empresa operadora de gas y energía no contara con un solo técnico operativo propio. Se planea incorporar 161 técnicos, lo que se estima generará un ahorro solo en operación y mantenimiento superior a los 6.000 millones de pesos.
En cuanto al servicio, se han realizado esfuerzos titánicos para reducir la exposición a la bolsa de energía, un factor crucial en los costos. Se reportó que la exposición a la bolsa se ha reducido drásticamente del 39% (cifra que asumió la actual administración para diciembre de 2024) a un 3.1% proyectado para diciembre de 2025, un logro que la empresa considera un hito histórico alcanzado gracias a la compra de energía a largo plazo.