
Un apagón masivo afectó la mayor parte de la península ibérica y partes del sur de Francia este lunes. Decenas de millones de personas en España y Portugal se vieron afectadas por el corte del suministro eléctrico que paralizó negocios e interrumpió servicios esenciales. El apagón dejó sin luz ni enchufes y causó un fallo repentino en sistemas como el metro de Madrid, donde los vagones quedaron detenidos y las estaciones fueron acordonadas.
La confusión se apoderó de importantes ciudades ibéricas como Madrid, Lisboa, Barcelona, Sevilla y Valencia, que son centros de transporte, finanzas y turismo.

Durante varias horas, las rutinas modernas se suspendieron: el efectivo reemplazó los pagos con tarjeta, la policía dirigió el tráfico con señales manuales, y restaurantes, supermercados y tiendas cerraron sus puertas. El tráfico en Madrid se congestionó considerablemente tras el apagón.
Los bomberos de Madrid realizaron 174 intervenciones en ascensores solo el lunes. Autoridades regionales de Madrid reportaron 286 operaciones para ayudar a personas atrapadas en ascensores en la región. Algunas personas se abastecieron de productos básicos y alimentos enlatados.
Los viajes fueron particularmente afectados. Los vuelos en los principales aeropuertos de la región experimentaron retrasos o cancelaciones repentinas. Los rastreadores de vuelos mostraron que varios aeropuertos vieron interrumpidas sus salidas frecuentes después del mediodía. La aerolínea TAP Air Portugal recomendó a los ciudadanos no viajar al aeropuerto hasta nuevo aviso. Turistas en el aeropuerto de Lisboa describieron colas largas en la oscuridad, sin aire acondicionado ni agua corriente, donde solo se aceptaba efectivo. En España, la circulación de trenes también fue suspendida. Los túneles del metro se oscurecieron repentinamente.
Miles de personas tuvieron que cruzar ciudades a pie para llegar a casa. Eventos deportivos, como el Abierto de Madrid de tenis, se vieron afectados con partidos suspendidos.


Las partes del sur de Francia cerca de la frontera española sintieron un impacto más esporádico. Hubo un pequeño corte de electricidad en el País Vasco francés que duró solo un par de minutos y se restableció rápidamente.
Ante la situación, ambos países declararon estados de emergencia. El Ministerio del Interior de España declaró el estado de alarma en las regiones de Andalucía, Extremadura, Murcia, La Rioja y Madrid. El primer ministro de Portugal declaró una crisis energética. Los gobiernos organizaron reuniones de emergencia para coordinar respuestas. El alcalde de Madrid pidió a los residentes minimizar sus desplazamientos y solo contactar a servicios de emergencia en casos urgentes, instando a despejar las calles para el personal de emergencia. Servicios de emergencia de Madrid solicitaron al gobierno declarar estado de emergencia nacional, y la presidenta local pidió el despliegue del Ejército.
Los peores escenarios iniciales, como problemas mayores en infraestructuras críticas, parecían haberse evitado en las primeras horas. Las centrales nucleares españolas fueron declaradas operativas y seguras. El Instituto Nacional de Emergencias Médicas de Portugal activó su plan de contingencia con generadores de respaldo para sus sistemas telefónicos e informáticos. El Ministerio de Sanidad español afirmó que se estaba realizando el mismo proceso en hospitales españoles.
El martes por la mañana, el operador de la red eléctrica de España, Red Eléctrica, descartó un ciberataque como causa del apagón. Eduardo Prieto, director de servicios de Red Eléctrica, declaró que una evaluación preliminar no mostró intrusión en los sistemas de control de la red. Confirmó que, con base en el análisis realizado hasta la fecha, podían descartar un incidente de ciberseguridad en sus instalaciones o centro de control.
Señaló que consultaron a varios organismos, incluido el Centro Nacional de Inteligencia, y concluyeron que no hubo ningún tipo de intrusión. El gobierno de Portugal también rechazó un ciberataque como explicación, basándose en una evaluación preliminar que no encontró información vinculada a un ataque hostil.
El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, dijo el lunes que las autoridades aún no estaban seguras de la causa y no descartaban ninguna hipótesis. Su homólogo portugués, Luis Montenegro, culpó a España, indicando que el problema «todo indica» que comenzó en España y no se originó en Portugal. Un portavoz del ejecutivo portugués precisó que lo ocurrido sería fruto de un «problema en la red de transporte» de energía eléctrica en España. Las autoridades continúan investigando las causas del apagón.