
La tragedia tocó a la puerta del entretenimiento colombiano de la forma más brutal. Bayron Sánchez Salazar, conocido en el mundo musical como B King, y su colega Jorge Luis Herrera, alias Regio Clown, fueron encontrados sin vida en Cocotitlán, estado de México, el pasado 17 de septiembre.
Sus cuerpos, que presentaban signos de tortura, solo pudieron ser identificados por sus tatuajes cinco días después, el 22 de septiembre, confirmando el peor de los temores.

Ambos habían sido reportados como desaparecidos un día antes de su hallazgo, el 16 de septiembre. La última vez que se supo de ellos, salían de un gimnasio en la exclusiva zona de Polanco, en la Ciudad de México.
En aquella conversación, el artista describió a su tío como una figura fundamental en su vida, a quien respetaba y admiraba profundamente, a pesar de su pasado. «Para mí sí tuvo su pasado, tuvo sus errores, pero ya los enmendó», declaró el músico, pintando un retrato muy diferente al del hombre señalado por la justicia internacional. B King defendió la imagen de Fritanga, a quien llegó a calificar como «el Robin Hood de muchas zonas», asegurando que había sido una persona caritativa con muchas comunidades en Colombia. Recordó también la captura de su tío en 2012, un episodio que marcó su adolescencia y que consideró injusto por la forma en que se llevó a cabo.
Sin embargo, desde la cárcel de La Paz en Itagüí, el propio Fritanga negó cualquier lazo de sangre con el cantante. Aclaró que B King era sobrino de una expareja que tuvo hace más de trece años y que no mantenía ningún tipo de relación con esa familia. Esta contradicción añade una capa de misterio a una historia ya de por sí dolorosa, dejando preguntas sobre la verdadera naturaleza de un vínculo que, de una u otra forma, marcó la vida y quizás el destino del joven artista.