El Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF) emitió un pronunciamiento contundente contra la canción “+57”, interpretada por una colaboración de artistas de renombre como Karol G, Maluma, Feid, J Balvin, entre otros.
La institución calificó la letra de la canción como un posible promotor de comportamientos indebidos y de una alarmante apología a la sexualización de menores. La frase “una mamacita desde los fourteen [catorce años]” ha sido señalada como el núcleo de una narrativa que puede inducir a que jóvenes y adolescentes, especialmente menores de edad, imiten actitudes que pueden ser peligrosas y perjudiciales para su bienestar.
La directora del ICBF, Astrid Cáceres Cárdenas, expresó su preocupación sobre el impacto de este tipo de contenidos, señalando que aludir a una menor de edad con términos sexualizados fomenta el riesgo de que niñas y adolescentes se vean expuestas a prácticas inapropiadas y de alto riesgo.
Cáceres cuestionó directamente a Karol G y Maluma, y los invitó a conocer la realidad de cientos de niñas menores de 14 años en Medellín que son víctimas de explotación sexual y otras formas de violencia. “No hay mercado que justifique esta letra”, declaró Cáceres, enfatizando que los artistas tienen la responsabilidad de utilizar su influencia para proteger, no para poner en riesgo, a sus jóvenes seguidores.
El ICBF publicó en su cuenta oficial en X (anteriormente Twitter) que rechaza la canción y lamenta que talentos nacionales promuevan mensajes que normalizan la sexualización en edades tempranas, indicando que es urgente dejar de validar esta clase de contenidos.
Cáceres señaló que al idealizar la figura de una menor de edad en un contexto sexual, los artistas involuntariamente pueden incitar a jóvenes y niñas a actuar de forma precoz en su vida sentimental y social, lo que no solo afecta su desarrollo emocional, sino que también las hace más vulnerables a peligros como el abuso y la explotación.


Ante el pronunciamiento del ICBF, Karol G respondió en sus redes sociales, señalando que sus palabras fueron sacadas de contexto y que lamenta profundamente la polémica. “Me siento muy afectada y me disculpo de corazón”, afirmó la artista en un comunicado, argumentando que la intención no era incitar a conductas indebidas entre los jóvenes.
La polémica continúa, y desde el ICBF se reafirmó la importancia de la responsabilidad social en el contenido que los artistas transmiten, recordando que su influencia puede moldear comportamientos en adolescentes que los siguen como ejemplos a imitar.
La institución subrayó la necesidad de reflexionar sobre el impacto de estos mensajes en una sociedad donde la explotación sexual y la violencia contra menores es una realidad que afecta a miles de jóvenes en el país.