El acoso que denuncia haber vivido la ha llevado al punto de no salir ni a la acera de su vivienda y con constante temor, por lo que acude a familiares para que la acompañen cada vez que queda sola en casa.
Se ha convertido en una prisionera en su propia residencia por, según denuncia, el mal actuar de seis trabajadores (cuatro de nacionalidad venezolana) de una obra de construcción que adelantan frente a su vivienda. La situación ha llegado a tal extremo que la mujer acudió a las autoridades competentes para buscar recuperar la tranquilidad de su hogar.
La víctima de esta inusual situación reside en el conjunto Villas del Palmar en Yopal, desde hace 20 días aproximadamente iniciaron la construcción de una vivienda contiguo a la suya, desde el primer día los trabajadores llegaron con un aparato para reproducir música y lo hacían a todo volumen, por lo que acudió a ellos a solicitarles el favor de bajarle. Desde ese momento inició su calvario.
Aunque atendieron el llamado iniciaron las palabras de coqueteo obscenas, los chiflidos y demás actuaciones vulgares cada vez que ella salía de la vivienda, la música a todo volumen continuó, la mujer por el temor que le producen acudió a los dueños de la obra, la administradora del conjunto, la empresa contratista de la obra pero de parte de ninguno señala haber obtenido ayuda, ya que los trabajadores niegan todo y es su palabra contra seis.
Su temor la llevó a instalar cámaras de seguridad en el frente de su vivienda con micrófonos para grabar lo que le gritaban y tener las pruebas, situación de las que ellos se dieron cuenta, por lo que ingenian maneras para seguir acosándola sin ser grabados. La policía ha acudido en diferentes ocasiones ha llamarles la atención, pero una vez se retiran los uniformados inician las malas palabras y acciones por parte de los trabajadores.
La mujer elevó la queja a la corregiduría en busca de recuperar su tranquilidad, allí fueron citados y se impusieron llamados policivos, los cuales habrían sido desatendidos por los obreros. La víctima señala que a un costado de su casa se adelanta otra construcción y nunca ha tenido con ellos este tipo de inconvenientes.
Con un temor evidente y lagrimas en sus ojos acudió a los medios de comunicación para hacer visible su situación y solicitar ayuda a quien le competa, ya que estar en su vivienda se ha convertido en una pesadilla, esto la ha llevado a alterarla tanto que ha sido recluida ya en una ocasión en un centro médico. El conjunto donde reside es amplio, su vivienda es de las últimas y no hay vecinos cercanos, por ello el aumento de su temor.