Luego de que los medios de comunicación informaran que un oficial del ejercito había colisionado a un motociclista con su vehículo personal, el comando de la Octava División emitió un escueto comunicado de prensa donde manifiestan lo siguiente:
“…el comando de la Octava División del Ejército Nacional, se permite informar a la opinión pública que:
1. Este Comando, inmediatamente tuvo conocimiento de los hechos, se puso en contacto con el oficial involucrado, quien hizo un recuento de lo sucedido el 28 de abril del presente año, cuando se movilizaba por la ciudad de Yopal en su vehículo personal, y en actos no relacionados con el servicio.”
“2. De acuerdo a lo manifestado por el oficial, tras el accidente con un motociclista, permaneció en el lugar de los hechos aproximadamente dos horas, haciendo varias llamadas a la Policía Nacional y a los Agentes de Tránsito municipal. Posteriormente, una ambulancia llegó al lugar y trasladó al herido al centro de salud más cercano. Así mismo, el padre del herido se presentó en el lugar, intercambiaron números de celular, y el oficial ha mantenido contacto con él y con el herido en varias ocasiones.”
El mismo centro asistencial solicitó ayuda para ubicar al dicho oficial, pues después de varios días de causadas las lesiones, no había comunicación con él, pese a que había entregado un número telefónico al padre del lesionado, y no contestaba ninguna de las llamadas.
“3. El oficial, en atención a esta situación y dentro del proceso penal que se adelanta por la autoridad competente por estos hechos mencionados, manifiesta que ha estado presto a proporcionar cualquier información y/o requerimiento que surja en la investigación para efectos de dar celeridad a la misma.”
Este comunicado deja serias dudas respecto al comportamiento de los oficiales de la octava división, pues lo que traduce este comunicado es que, si bien es cierto que el oficial del ejército no estaba en servicio, también es cierto que debe dar ejemplo de rectitud a la sociedad y a sus subalternos, dentro y fuera del servicio y no disculpa de ninguna manera que, solo hasta que los medios informaron y sus superiores lo requirieron, se responsabilizó de la situación.
También se nota en el comunicado, que sus superiores básicamente dicen, “eso es problema de el oficial, no de nosotros”; lo cual es triste, ya que la institución militar debió mostrar algo de solidaridady empatía con el lesionado, con el agravante de que, según el diagnóstico médico, es muy probable que quede paralizado de ambas piernas, debido a la gravedad de la lesión.
Cabe recordar que Oliveros González Rodríguez, la persona lesionada, se dedica a la poda de zonas verdes, es padre de tres hijos y el único sustento de su familia, que en este momento están dependiendo de lo poco que pueda generar el abuelo, un humilde adulto mayor.